Por mucho que queramos, por más que lo intentemos, no podemos luchar contra lo que está predeterminado a pasar. La gente que cree en el destino se presenta como aquellos seres humanos que aceptan todo tal cual les viene dado, las acciones y los hechos que el destino les otorga. Sin embargo, hay de otros creedores del destino que consideran que somos nosotros, los redactores, escritores y productores, así como los guionistas, de nuestra vida. Somos nosotros quienes con nuestras decisiones, cerramos y abrimos puertas constantemente. Podemos equivocarnos tantas veces como estemos dispuestos a arriesgarnos y nos levantaremos tantas veces como caigamos. No pasa nada si perdemos algo que queremos, todo sucede por algo y lo bueno llegará en el momento en el que nosotros estemos preparados para dejarle entrar. ¿Que cuál es el porqué de lo nuestro? Pues sinceramente no lo sé, es más, dudo que haya un nuestro, de hecho no hay un nuestro. Hay un tú con lo que arrastras de tu pasado y un yo con un pasado, unas personas, unas vivencias, un carro que cargo desde hace ya tiempo, cuidando cada paso procurando no perder nada por el camino. No me hagas pensar en ello, no quiero pensar en ello, quiero que las cosas surjan por sí mismas, que sigan su curso sin tener que forzarlas.
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