Permíteme guardar en un cajón los malos recuerdos para así, seguidamente, lanzarlos al mar y que se ahoguen junto a la desesperación que supone no poder olvidarlos. Déjame perderme en una frondosa selva de alguna isla del trópico. Oblígame a alimentarme de la frustración que supone tener que abandonarte. Prohíbeme saciar mi sed con tu sabor a miel, y con la fuerza que cae la lluvia en plena tormenta quiero ser capaz de olvidarte, de no relacionar cada nota con la melodía de tu voz, de no relacionar cada olor con el aroma que reconozco desde la distancia, de no verte en cada película, o sentirte en la soledad. Necesito desesperadamente olvidarte. Y justo cuando creo que estás a punto de formar parte de esos recuerdos que en breve se hundirán en la inmensidad del mar, recuerdo que te quiero. No imagino un intento por olvidarte sin que me recuerdes que te tengo ahí para mí, sin notar que al marcar ese estúpido número siento como mis dedos a tu imagen se encadenan. Entonces todo esfuerzo por olvidarte es en vano, porque lo que quiero es tenerte. Y si no puedo, me conformaré con la vaga idea de saber que, al menos, formo parte de ti.
" PARA MÍ LO FÁCIL ES ODIARTE PERO DEBO DE ESTAR HACIÉNDOME VIEJO"
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