"Nothing" is the worst thing that can happen to us.

Hace tiempo hablé con alguien sobre la importancia de disfrutar la vida. La conclusión fue clara y obvia, además de innegable, toda persona que quiera ser feliz ha de disfrutar de cada pequeño detalle como si del cumplimiento de su sueño se tratara. Podemos sufrir y caer cientos de veces, pero la importancia de la vida está en cuantificar las risas desarrolladas por la alegría más inútil. La vida es corta, dicen, disfrutar al máximo es objetivo común para cualquiera que sienta la necesidad de alegrarse cuando haga memoria de su existencia. El ser humano, siempre aferrado al máximo conocimiento, tiende a ver el final como un nuevo principio. Pero ¿y si aquel al que paganamente denominan Dios no existe? ¿o lo que es peor, no quiere hacer de nuestro final un principio? Los hombres, siempre tan tradicionales, ni siquiera piensan en la posibilidad de un final porque ello implicaría vivir en vano. Disparates ficticios que desagarran la lógica y la hacen añicos, haciendo desaparecer a la razón. Que exista un final es tan obvio como que exista un principio. Pero en lugar de predecir lo que vendrá, el ser humano debería aprender a disfrutar del presente, sin estar atado al pasado y sin temer al futuro. Eso sí que es vivir, lo que pueda pasar mañana, ya se verá mañana, ahora hay que rozar la felicidad con la punta de nuestros dedos.